Este proyecto juega con la dualidad del espacio, creando dos ambientes claramente diferenciados pero perfectamente conectados. De un lado, un rincón para adultos o la familia, diseñado para disfrutar de películas y momentos de relajación, con tonos oscuros y texturas suaves que invitan a la calma. Del otro, un playroom lleno de color y energía, donde los niños pueden explorar y jugar sin límites. Ambos espacios, aunque contrastantes en estilo y uso, conviven con una fluidez que refleja la vida dinámica de esta familia.



